Fuerzas Armadas Peronistas
Fuerzas Armadas Peronistas
Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) fue una organización guerrillera argentina creada en 1968 bajo el liderazgo de Envar Cacho El Kadri. Su aparición se produjo el 17 de septiembre de aquel año con una fracasada acción armada realizada en Taco Ralo, Tucumán. Tuvo varias divisiones, a partir de 1972, luego del PHPC (Proceso de Homogenización Politica Compulsiva) que fue un intento de sectores de FAP por acercase al marxismo. Esto fue rechazada por la linea más antigua y cercana a la resistencia peronista. La Alternativa Idependiente, que sostenía que se creara un movimiento de base peronista pero alejada del sindicalismo y del partido peronista. Algunos historiadores señalan que después de la separación, los grupos se llamaron FAP 17 de Octubre (referente: Envar El Kadri), FAP Comando Nacional y los Iluminados (por el marxismo).
Accionar
En una entrevista en 1996, Envar El Kadri explicaba el origen de la organización, en una experiencia de guerrilla rural en Taco Ralo, Tucumán:
Nos organizamos, un grupo iba a preparar un campamento en la zona de Tucumán, previamente se instalaban en un lugar para aclimatarse y para prepararse físicamente, una vez que estuviera completado el adiestramiento, la capacitación y la preparación física pensábamos dirigirnos a la zona de El Cochuna, en los montes tucumanos, para iniciar esta presencia guerrillera y simultáneamente con eso en las ciudades iban a aparecer los destacamentos, que se iban a llamar Destacamentos Descamisados Eva Perón, para hacer acciones espectaculares, propaganda armada y con todo eso pensábamos que íbamos a movilizar y arrastrar a todo el peronismo y a toda la gente, lo cual de alguna manera fue así aunque no bajo nuestra dirección, sino que se dio en una forma más espontánea, más generalizada, con la aparición de otras organizaciones peronistas y no peronistas.[1]
En 1968, las FAP instalaron un campamento integrado por 14 guerrilleros (13 varones y una mujer: Amanda Peralta), denominado "El Plumerillo", en la localidad de Taco Ralo, provincia de Tucumán, con el fin de realizar entrenamiento militar. El 19 de septiembre el grupo fue sorprendido por la Policía, que detuvo a todos y los torturó.
Las FAP reaparecieron en 1969 y 1970 con varias acciones de guerrilla urbana.
En 1971 las FAP sufrieron una división debido a la cual fueron expulsados los integrantes de un amplio sector liderado por Eduardo Moreno, Ernesto Villanueva, el sacerdote Soler y Alejandro Peyrou. Este sector se integró a Montoneros.
El 22 de mayo de 1973, FAP-Comando Nacional asesinó al dirigente sindical Dirck Kloosterman, secretario general del sindicato de trabajadores mecánicos (SMATA-CGT), a quien acusaban de estar cercano a la CIA.
Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) fue una organización guerrillera argentina creada en 1968 bajo el liderazgo de Envar Cacho El Kadri. Su aparición se produjo el 17 de septiembre de aquel año con una fracasada acción armada realizada en Taco Ralo, Tucumán. Tuvo varias divisiones, a partir de 1972, luego del PHPC (Proceso de Homogenización Politica Compulsiva) que fue un intento de sectores de FAP por acercase al marxismo. Esto fue rechazada por la linea más antigua y cercana a la resistencia peronista. La Alternativa Idependiente, que sostenía que se creara un movimiento de base peronista pero alejada del sindicalismo y del partido peronista. Algunos historiadores señalan que después de la separación, los grupos se llamaron FAP 17 de Octubre (referente: Envar El Kadri), FAP Comando Nacional y los Iluminados (por el marxismo).
Accionar
En una entrevista en 1996, Envar El Kadri explicaba el origen de la organización, en una experiencia de guerrilla rural en Taco Ralo, Tucumán:
Nos organizamos, un grupo iba a preparar un campamento en la zona de Tucumán, previamente se instalaban en un lugar para aclimatarse y para prepararse físicamente, una vez que estuviera completado el adiestramiento, la capacitación y la preparación física pensábamos dirigirnos a la zona de El Cochuna, en los montes tucumanos, para iniciar esta presencia guerrillera y simultáneamente con eso en las ciudades iban a aparecer los destacamentos, que se iban a llamar Destacamentos Descamisados Eva Perón, para hacer acciones espectaculares, propaganda armada y con todo eso pensábamos que íbamos a movilizar y arrastrar a todo el peronismo y a toda la gente, lo cual de alguna manera fue así aunque no bajo nuestra dirección, sino que se dio en una forma más espontánea, más generalizada, con la aparición de otras organizaciones peronistas y no peronistas.[1]
En 1968, las FAP instalaron un campamento integrado por 14 guerrilleros (13 varones y una mujer: Amanda Peralta), denominado "El Plumerillo", en la localidad de Taco Ralo, provincia de Tucumán, con el fin de realizar entrenamiento militar. El 19 de septiembre el grupo fue sorprendido por la Policía, que detuvo a todos y los torturó.
Las FAP reaparecieron en 1969 y 1970 con varias acciones de guerrilla urbana.
En 1971 las FAP sufrieron una división debido a la cual fueron expulsados los integrantes de un amplio sector liderado por Eduardo Moreno, Ernesto Villanueva, el sacerdote Soler y Alejandro Peyrou. Este sector se integró a Montoneros.
El 22 de mayo de 1973, FAP-Comando Nacional asesinó al dirigente sindical Dirck Kloosterman, secretario general del sindicato de trabajadores mecánicos (SMATA-CGT), a quien acusaban de estar cercano a la CIA.
Mensaje Atilio Rosso. Derechos Humanos y Exluidos
Derechos Humanos y excluidos
Hoy, mirando los 6 millones de excluidos en vísperas de celebrar los 200 años de la Independencia intentamos buscar las causas profundas de la cultura actual que nos ayude a tener la fortaleza necesaria para superar la omnipotencia del poder económico.
Una Nación que se empeña en olvidar el ayer, una Nación que ha entrado en una cultura de la indiferencia, una Nación que ha puesto su acento en el individualismo, una Nación que ha perdido el sentido de su existencia, difícilmente pueda conmoverse ante 6 millones de excluidos.
La realidad nos advierte la magnitud del problema: saber que la vida en la marginalidad tiene un promedio entre 55 y 60 años mientras el resto de la población es de 72; saber que representan el 1,7% dentro de la distribución del ingreso; saber que el crecimiento hace 30 años quedó a un ritmo de 200 mil excluidos por año, llegando hoy a 6 millones.
Históricamente los argentinos tenemos una experiencia de cómo un país que nació pobre resolvió a través de una constitución el respeto por la libertad y la dignidad humana. El crecimiento económico de una estructura agroexportadora supo acompañarse de un proyecto educativo que alcanzó niveles de educación que lo hizo colocarse en los primeros puestos del mundo y los símbolos patrios le dieron unidad. Se asumieron valores espirituales que el Preámbulo y su Constitución le marcaban.
Pensemos la respuesta hoy
Por eso hoy teniendo nuestra Constitución Patria, en donde hemos incluido los Derechos Humanos en el año 1994, se hace necesario darle más énfasis a los instrumentos legales y judiciales para acudir en búsqueda de los excluidos, para que puedan ser utilizados por los mismos.
El futuro espera ver si podemos redimir los Derechos Humanos y ponerlos al servicio de los marginados. La ambigüedad en su aplicación ha llevado al hombre común a sentir una cierta incredulidad frente a este derecho que ha incorporado la Constitución Nacional. El hombre común presiente que la globalización con sus sistemas económicos han creado una crisis sin precedentes en materia de Derechos Humanos.
Se violan los derechos del pobre, de la educación, de la salud. Todavía hoy no hay un mecanismo adecuado para combatir este absolutismo.
El sistema económico exige una infinidad de sacrificios humanos. Nuestros intelectuales deben descubrir la manera cómo darles fuerza y legalidad a los Derechos Humanos al servicio de los excluidos. Los Derechos Humanos exigen que la víctima se sitúe en el centro de todo. La hegemonía de la globalización parte del oscurecimiento de este sujeto. La gente se vuelve sin rostro, lo cual hace más fácil la exclusión. Este arrogante proyecto homogeneizador no puede relacionarse con los excluidos a través de los Derechos Humanos; porque este proyecto excluye toda esperanza para el futuro, justificándose como promotora del desarrollo, de la opresión a la exclusión. Necesita la fuerza de la globalización para domesticar al Estado, para hacerlo incapaz de intervenir ante la violación de los Derechos Humanos que ellos han causado.
También podemos agregar una creencia producida por políticas personales donde se relativizan los Derechos Humanos, haciendo que su concepto se restrinja y solo exista para ciertos sectores sociales, que los pregonan como si fuesen los únicos titulares de los mismos. Hoy nos olvidamos que por el solo hecho de ser persona, tenemos el disfrute de los Derechos Humanos. Pero de nada sirve, porque seria inútil, que ante la titularidad de un derecho no haya un ejercicio y defensa del mismo.
Un reto para nuestros días
Como dijimos anteriormente hay que redimir los Derechos Humanos y ponerlos al servicio de los excluidos. ESTO EXIGE UN PUNTO DE PARTIDA DIFERENTE. DIFERENTES PRESUPUESTOS FILOSÓFICOS Y UNA ORIENTACIÓN ESPIRITUAL NO CENTRADO SOBRE EL INDIVIDUALISMO NO LA GANACIA. Poner los Derechos Humanos al servicio de los excluidos pide medios arraizados históricamente. La categoría de individuo no da suficiente relieve a los pobres en su concreta realidad histórica. Nos hacemos cargo de los excluidos al acercarnos no a individuos abstractos sino a sujetos y a víctimas en una historia concreta. El discurso de Derechos Humanos alude a muchas privaciones a la que están sometidos: hambre, falta de atención médica, techo, analfabetismo, etc. Esta situación de sufrimiento es el punto de partida de la praxis y el discurso sobre Derechos Humanos. Ninguna especulación filosófica puede hacerse cargo de la horrible situación de pobreza de las víctimas. Es necesaria una aproximación espiritual a los Derechos Humanos para servir a la causa de los pobres. El respeto a los marginados no puede ser consecuencia de una percepción intelectual del respeto de todo. Debe formar parte de una búsqueda más profunda; de lo contrario será contradicción teórica entre teoría y praxis.
EL RESPETO A LA DIGNIDAD DE LOS OTROS, DE NO INFLIGIRLE SUFRIMIENTO, SURGE DE OTRA CLASE DE ANTROPOLOGÍA. En un mundo de víctimas lo humano resuena de manera diferente. En esta concepción antropológica los humanos no son seres éticos con ciertos principios de conducta conforme a la razón. Los seres humanos tienen la capacidad de ser afectados por los demás y así se pone un fundamento duradero al respeto por los demás.
LOS SERES HUMANOS NO SE DEFINEN SÓLO EN TÉRMINOS DE RAZÓN, SON SERES COMPASIVOS. LOS DERECHOS HUMANOS CON LA EXPRESIÓN DE LA COMPASIÓN HACIA EL SUFRIMIENTO DE LOS POBRES. EL SUFRIMIENTO Y LA COMPASIÓN SON LA CLAVE PARA ACERCAR LOS DERECHOS A LOS EXCLUIDOS.
A veces la mejor manera es traducirlo en lenguaje legal. No es el caso nuestro. No es el caso de nuestras modernas leyes constitucionales. Son letras muertas.
Una aproximación legal a los Derechos Humanos formulados por una antropología abstracta sin las víctimas, no será muy escuchada. La atención a los demás y la compasión es lo que puede conducir al cumplimiento de las exigencias éticas legales. El compromiso de muchos movimientos sociales y ONGs abre un amplio espacio de participación, Son un signo esperanzador para los excluidos. La efectividad del discurso actual sobre los Derechos Humanos es incompleta mientras no refleje todas las esferas donde es violada, en particular en la esfera referida a la grandeza de los seres humanos.
El fracaso de la utopía
La pobreza es el signo visible del fracaso del sueño de la humanidad, del fracaso de la utopía. Pone de manifiesto la inmensa distancia que hay entre los miembros de la sociedad, aunque ninguno de los extremos quiera verla. Todas las sociedades se han adaptado a uno o a varios tipos de pobreza que se insertan de mondo naturales el tejido social. Pero existe una protesta latente que de vez en cuando estalla en gritos. La pobreza es el desafío más visible. La gran equivocación de la modernidad fue imaginar que habría bastado con algunas modificaciones en el régimen de la sociedad, o bien que sería suficiente con la abundancia que proporciona la tecnología. El mismo marxismo imaginó que la abundancia y la producción material serían suficientes para originar una nueva sociedad sin pobreza. Las ideologías prometieron erradicar la pobreza en una generación. Liberales, positivistas, socialistas, todos prometieron hacerlo mejor que antes. Hoy sabemos que no basta una revolución social para eliminar el problema.
La lucha contra la pobreza puede convertirse en retórica cuando la indignación moral no toma cuerpo en servicios reales, que tiene por destinatario a los pobres reales y se pierde en el aire.
La lucha contra la pobreza puede confundirse con un a lucha conciente o inconsciente por alcanzar el poder. En la historia de la humanidad los que han buscado el poder siempre han instrumentado el mundo de los pobres. Por eso la indiferencia con que son aceptados.
Para entender el núcleo central del drama de la pobreza tenemos que decir: los animales pueden experimentar el hambre y la sed pero no conocen la humillación ni la miseria. El excluido, para vivir en esas condiciones, ha tenido que superar los límites normales de la condición humana. Ahí está el misterio que envuelve la miseria.
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